Para não esquecer...

A UN OLMO SECO


Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo,
algunas hojas verdes le han salido.

¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.
No será, cual los álamos cantores

que guardan el camino y la ribera,

habitado de pardos ruiseñores.
Ejército de hormigas en hilera

va trepando por él, y en sus entrañas

urden sus telas grises las arañas.

Antes que te derribe, olmo del Duero,

con su hacha el leñador, y el carpintero

te convierta en melena de campana,

lanza de carro o yugo de carreta;

antes que rojo en el hogar, mañana

ardas de alguna mísera caseta,

al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;

antes que el río hacia la mar te empuje,
por vales y barrancas,

olmo, quiero anotar en mi cartera

la gracia de tu rama verdecida.

Mi corazón espera

también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.


[Soria, 1912. António Machado. 1875-1939]
[foto de ai.valhamedeus]

escrito por ai.valhamedeus

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